A los 17 años, “Via” Mia Coleman cantaba en American Idol, unos años después era corista del rapero Anderson.Paak y, a los 28 años, todavía busca su gran oportunidad.
Cuando en el verano de 2017 lanzó su primer sencillo, ‘Lie’, bajo el nombre de Viaa para sobresalir con la “a” adicional, Coleman se las vio negras para abrirse camino. ‘Lie’ tiene unas 60 mil reproducciones en Spotify, dándole suficiente para, digamos, un par de comidas y un juguete para su pug negro, Rex. Para su suerte, asegura, la escuchó la ejecutiva de Spotify Technology SA Angie Romero, a quien le gustó lo que oyó.
Romero refirió a Coleman para un nuevo programa de la compañía que permite que un puñado de cantantes suban su música directamente a Spotify. El servicio promueve a estos músicos entre sus 191 millones de escuchas como lo haría con artistas de grandes disqueras porque, sin decirlo tal cual, Spotify actúa como una de ellas. Ahora, Coleman tiene relación directa con el servicio principal de música por streaming y, sin un intermediario, gana más regalías. La primera canción que lanzó ahí, ‘Run Around’, ha sido por mucho su mayor éxito hasta ahora con más de un millón de reproducciones a un año de su lanzamiento y dándole unos 2 mil dólares, según la cantidad de streams publicada en el blog de industria Trichordist. “Para mí todo es positivo”, dice entre sorbos en un café de Hollywood. “Tengo control total. Tengo más dinero. Elijo cómo me catalogo”.
Este es el plan de Spotify para reformar la imagen de la industria musical. Durante décadas, los artistas dependían de disqueras para salir en la radio y televisión y vender álbumes. Pero ahora que el streaming representa 75 por ciento del mercado estadounidense, el más grande del mundo, Spotify apuesta que eso puede cambiar. La compañía, que se negó a comentar para esta historia, ayuda a artistas a lanzar música por su cuenta, presentar canciones para playlists populares, llevar registro de sus regalías y promover conciertos. “El viejo modelo favorecía a ciertos guardianes”, escribió el director general Daniel Ek en una carta a los inversores hace unos meses. “Hoy en día, los artistas pueden producir y lanzar su propia música”.
Un año después, otros participantes del programa se han hecho cargo ellos mismos de gran parte de las responsabilidades de las disqueras. Noname, una rapera y poeta de Chicago, salió en la portada de la revista Fader y en The Late Show con Stephen Colbert. El agente del DJ haitiano Michael Brun logró incluirlo en los festivales de música Coachella y Ultra sin una disquera. El trío de rock neoyorquino VHS Collection gana entre 10 mil y 15 mil dólares al mes de dos EP, suficiente para financiar la grabación de su primer álbum y próxima gira, según el guitarrista Conor Cook. “Spotify es cómo construimos todos nuestro negocio”, afirma, calculando que entre 80 y 90 por ciento de sus fans los descubrieron ahí.
Claro, el programa no es mero altruismo. Spotify, que está por perder más de 170 millones de dólares este año, da más de 70 por ciento de sus ventas mensuales a los tenedores de derechos. El sistema de subida directo aumenta la cuota de Spotify, incluso cuando entrega 50 por ciento a los artistas, quienes solían recibir entre 15 y 20 por ciento bajo el sistema anterior.
Los expertos de la industria aseguran tajantemente que las disqueras no deben preocuparse. Contratar personal para atender a todos los artistas en todos lados implicaría que Spotify tendría que invertir miles de millones de dólares y contratar a miles de empleados para llevar a cabo esa operación. Incluso si la compañía lo pudiera hacer, los grandes están sentados en derechos de autor de millones de canciones sumamente populares y sus contratos con Spotify le prohíben competir para contratar actuaciones. Sin embargo, Spotify podría aprovechar otro servicio, SoundCloud, y vender un paquete de servicios de distribución y marketing, señala Jeff Ponchick, cofundador de la distribuidora Repost Network Inc.
Coleman mencionó que Spotify debería hacer más, como agregar redes sociales, links y fotografías en su página, o poner sus dulces canciones R&B en playlists más relevantes. “De lo que dijeron que harían, no cumplieron con todo”, señala. Pero, agrega, tener una relación directa con Spotify le ha dado la visibilidad que no tendría de otra forma. “Dicen que puedo acabar con esto cuando quiera, simplemente he optado por no hacerlo”.
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