No todos los días se puede caminar por la Gran Escalinata del Titanic, abrir la puerta de un camarote de primera clase o revivir su última noche en altamar… y hacerlo sin mojarse los zapatos. A partir del 4 de septiembre, en Naucalpan, Estado de México, esto será posible gracias a la experiencia inmersiva Titanic: Un Viaje a través del Tiempo, creada por Fever y Musealia.
Más que una exhibición, esta propuesta combina realidad virtual, recreaciones históricas y una narrativa que convierte al visitante en protagonista. El recorrido comienza a 3,800 metros bajo el mar, frente a los restos reales del Titanic, en un ambiente de penumbra y frío que transmite el paso del tiempo. Luego, un salto en la historia te lleva a 1912: un pase de abordaje personalizado en mano, un mayordomo imaginario guiando el camino y la libertad de explorar el barco más famoso del mundo.
La experiencia invita a interactuar: lanzar carbón en la sala de máquinas, probar fruta fresca inspirada en el menú original y conversar con personajes históricos recreados con un nivel de detalle sorprendente. La tecnología y la ambientación hacen que, por unos minutos, el visitante olvide que está en un centro comercial de Naucalpan.
Para quienes crecieron con la historia del Titanic o se dejaron conquistar por la película, esta es una oportunidad única de sentir el lujo y la tensión de aquel viaje, y también de reflexionar sobre la tragedia que lo convirtió en leyenda.
La exhibición abrirá en Samara Satélite, Naucalpan, y permanecerá varias semanas. La preventa comenzó el 7 de agosto, con entradas generales a $325 pesos y precios especiales de $250 pesos para niños, estudiantes y adultos mayores.
Más allá del espectáculo visual, “Titanic: Un Viaje a través del Tiempo” busca conectar con la memoria y las emociones de sus visitantes, acercando un episodio histórico a través de todos los sentidos. En cada rincón, desde la sala de máquinas hasta la cubierta, se respira la mezcla de asombro y melancolía que ha mantenido viva la historia del Titanic por más de un siglo.
Deja un comentario