En un hecho histórico para la conservación ambiental y cultural, México, Guatemala y Belice firmaron este viernes la creación del Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, considerado el más grande del mundo en su tipo. El acuerdo busca preservar y restaurar 5.7 millones de hectáreas de ecosistemas, además de fortalecer la riqueza cultural de la región.
El anuncio se realizó con la presencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, mandatarios de los países participantes y autoridades estatales.
El corredor garantizará la protección de especies emblemáticas como el jaguar, el quetzal, la guacamaya roja y el tapir, cuya supervivencia depende de la conservación de los bosques tropicales y selvas. Se trata de uno de los últimos pulmones del planeta, cuya preservación resulta clave frente a la crisis climática global.
Además de su dimensión ambiental, el acuerdo tiene un fuerte componente social, pues beneficiará a más de dos millones de personas, reconociendo a comunidades indígenas y afrodescendientes como guardianas históricas de la naturaleza. Este enfoque coloca a las poblaciones locales en el centro de la estrategia de conservación y desarrollo sostenible.
Con esta iniciativa, los tres países consolidan una alianza inédita que trasciende fronteras, demostrando que la cooperación internacional es fundamental para enfrentar los retos ambientales del presente y del futuro. El Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya se convierte así en un referente mundial de protección de la biodiversidad y de respeto a las culturas originarias.
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