Roblox, uno de los juegos en línea más usados por niñas, niños y adolescentes, se ha convertido también en un espacio donde criminales buscan engañar a los menores. Autoridades han advertido que personas adultas se hacen pasar por jugadores y ofrecen “Robux” —la moneda virtual del juego— a cambio de contenido inapropiado, poniendo en riesgo la seguridad de los más pequeños.
La facilidad con la que cualquier usuario puede crear un perfil y comunicarse en el chat convierte a este videojuego en un blanco frecuente para depredadores digitales. Por ello, especialistas recomiendan a los padres de familia estar atentos a la actividad de sus hijos y activar los controles parentales disponibles dentro de la aplicación.
Entre las medidas de seguridad más importantes destacan limitar la comunicación con desconocidos, ajustar la madurez del contenido, desactivar la cámara y, de ser posible, supervisar las cuentas desde el perfil de los papás. Con estas acciones se reduce el riesgo de que los menores caigan en engaños.
El problema no es exclusivo de Roblox. También en juegos como Free Fire y Call of Duty se han documentado intentos de reclutamiento de adolescentes por parte del crimen organizado, que ofrece recompensas virtuales como armas o accesorios para ganar su confianza antes de contactarlos fuera de la plataforma.
El llamado es claro: los videojuegos pueden ser un espacio de diversión y aprendizaje, pero requieren acompañamiento. Supervisar, dialogar y orientar a los hijos es clave para que su experiencia en línea sea segura y libre de peligros.
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