En Quintana Roo, el número de iglesias católicas ha aumentado de 30 a 70 en los últimos años, pero este crecimiento no ha sido proporcional al de sacerdotes disponibles, lo que ha generado un déficit en la atención de la comunidad, reconoció el obispo de la diócesis Chetumal-Cancún, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.
Para cubrir las necesidades espirituales de miles de feligreses, la Iglesia se ha apoyado en diáconos, ministros y laicos, quienes colaboran en la evangelización, en la celebración de misas y en el acompañamiento religioso en distintas parroquias.
El obispo explicó que hacen falta al menos 25 sacerdotes más para garantizar la atención en cada parroquia. “Mientras uno celebra misa, otro debería estar disponible para confesar a la población. Por eso pedimos que los laicos y diáconos echen una mano a los sacerdotes”, comentó.
Aunque este esquema ha permitido mantener la labor pastoral en el estado, la diócesis trabaja de manera constante en fomentar nuevas vocaciones. “El año pasado entraron 15 nuevos al Seminario Mayor, este año ocho, y en el Seminario Menor han ingresado 20 jóvenes”, detalló.
Con un llamado permanente a los jóvenes para considerar la vida sacerdotal como un camino de servicio, la Iglesia busca garantizar que el crecimiento de la fe en Quintana Roo pueda sostenerse en los próximos años.
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