El arrecife Villablanca, una de las joyas naturales de Cozumel, ganó un respiro legal. El Poder Judicial de la Federación ordenó suspender de manera definitiva la construcción del cuarto muelle de cruceros y su terminal portuaria, tras un recurso interpuesto por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). La decisión, emitida el 10 de septiembre, frena cualquier obra hasta que se resuelva el juicio de amparo.
La medida judicial se tomó luego de que se detectaran omisiones en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada por la empresa Muelles del Caribe. Entre los puntos críticos, señaló el CEMDA, está la falta de información sobre la presencia del arrecife en la zona, lo que pudo haber influido en la autorización inicial de las obras.
Gustavo Alanís, director ejecutivo de la organización, subrayó que esta suspensión no solo protege un ecosistema vital, sino que también fortalece el principio de legalidad ambiental en México. A su vez, resaltó la relevancia de los arrecifes coralinos como barreras naturales contra el cambio climático y como fuente de sustento para las comunidades locales.
El caso sigue abierto en dos frentes. Además del juicio de amparo, la agrupación mantiene un procedimiento administrativo ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Este recurso busca revocar la autorización ambiental otorgada en 2021, con el argumento de que fue emitida sin contar con toda la información necesaria.
Organizaciones ambientales ven en este fallo un precedente importante. No solo se trata de detener un proyecto turístico de gran escala, sino de reafirmar que la conservación de los ecosistemas debe pesar en las decisiones de desarrollo. Para Cozumel, la resolución es también un recordatorio de que su riqueza natural es parte esencial de su futuro.






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