Miles de familias en Ciudad de Gaza recibieron este miércoles un nuevo llamado para abandonar la zona en un plazo de 48 horas. La instrucción llega acompañada de la apertura temporal de una carretera hacia el sur del enclave, anunciada por el ejército israelí, en medio de una ofensiva que ha dejado ya a centenares de miles de personas desplazadas.
El aviso, difundido en redes sociales, busca que la población se traslade hacia áreas designadas como “seguras”. Sin embargo, los constantes bombardeos generan temor y dudas entre los habitantes, quienes no confían en que el trayecto ni los destinos prometidos estén libres de ataques. Para muchos, el dilema es elegir entre huir sin garantías o permanecer bajo el riesgo diario de los bombardeos.
La situación se complica aún más por la falta de comunicaciones. Gran parte del norte de la Franja permanece sin internet ni telefonía, lo que dificulta que la información oficial llegue a la población. Organismos locales denuncian que los cortes en los servicios se deben a los ataques directos contra las redes de telecomunicaciones.
Los hospitales, ya al límite por la falta de combustible y recursos, reportan decenas de muertes en las últimas horas, la mayoría en Ciudad de Gaza. El personal médico insiste en que la evacuación masiva de pacientes es prácticamente imposible, en especial para los niños y personas en estado crítico que dependen de tratamientos continuos.
Mientras tanto, miles de familias siguen resistiendo en sus hogares, sin los medios ni la seguridad para salir. En las calles de Ciudad de Gaza, la incertidumbre crece: la gente se pregunta no solo cómo sobrevivir hoy, sino a dónde podrán ir mañana.
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