Se lleva a cabo el “Foro Cine Mexicana: Mujeres en el Cine”, parte de las actividades del 8vo Aniversario de Árbol Rojo

 

Chetumal se convirtió en el epicentro de la conversación cinematográfica con la segunda edición del Foro de Cine Mexicana, organizado por Árbol Rojo. Este espacio reunió a reconocidas cineastas, productoras y gestoras culturales que, con sus voces y experiencias, buscan transformar el panorama de la industria desde una perspectiva femenina y plural.

El evento se realizó en la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo, donde autoridades académicas dieron la bienvenida destacando la importancia de abrir espacios de reflexión para las juventudes y la sociedad en general. En representación de la rectora Dra. La Consuelo Natalia Fiorentini Cañedo, el doctor Javier Vázquez Castillo, Coordinador de la Unidad Académica Zona Sur, expresó que el cine no solo entretiene: también es un lenguaje que ayuda a comprender el mundo y, sobre todo, a transformarlo.

Bajo la moderación de Andrea Rendón, fundadora del medio Girls at Films, el foro presentó un panel de lujo con figuras como Elena Fortes, Catalina Aguilar, María Bello, Edna Campos, Indira Cato, Natalia Beristain, Cristina Velasco, Sarah Hoch, María Mercader y Xóchitl Ballesteros, quienes compartieron sus trayectorias. Cada una relató los desafíos de abrirse camino en un medio centralizado en la Ciudad de México y marcado por la desigualdad de género, pero también coincidieron en que la pasión y la creatividad han sido sus motores para contar historias que trascienden.

El objetivo principal fue compartir experiencias y estrategias para superar los retos actuales de la industria, promoviendo la equidad no solo en la narrativa, sino también en la producción y distribución de las obras.

Uno de los grandes temas fue la descentralización del cine. Las participantes subrayaron el enorme potencial del sur y sureste del país para la producción audiovisual, regiones ricas en escenarios y en narrativas que hasta ahora han sido poco exploradas. Proyectos como Ambulante Más Allá o las producciones comunitarias en lengua maya fueron citados como ejemplos de cómo el cine puede florecer en territorios alejados de los grandes centros urbanos.

El foro se convirtió en un espacio de encuentro humano y cultural. Las cineastas coincidieron en que contar historias desde lo local y desde la mirada de las mujeres no solo amplía el horizonte del cine, sino que aporta nuevas sensibilidades y lenguajes a la pantalla. “Cada vez que una mujer toma una cámara o escribe un guion, el cine se enriquece”, subrayó una de las ponentes.

La memoria también estuvo presente. Se recordaron a pioneras del cine mexicano como Mimí Derba y Lupita Tovar, así como a creadoras contemporáneas que han marcado la escena internacional. Para las participantes, reconocer esta herencia es fundamental para entender que la presencia de mujeres en el cine no es moda, sino justicia cultural y artística.

Al cierre, las panelistas dirigieron un mensaje a las y los jóvenes interesados en el cine: recomendaron no esperar a que lleguen los recursos ideales para comenzar, sino atreverse a filmar con lo que se tenga a la mano; rodearse de personas con quienes compartir la pasión por contar historias; y no temer a equivocarse, pues cada error es un aprendizaje que abre camino. El consejo común fue claro: “Sean persistentes, porque el cine necesita de nuevas voces, y las suyas son imprescindibles”.

Con una nutrida asistencia de estudiantes, jóvenes cineastas y público local, el Foro de Cine Mexicana organizado por Árbol Rojo en Chetumal se consolidó como una semilla de inspiración. Entre aplausos y reflexiones, quedó claro que el futuro del cine mexicano será más diverso y luminoso en la medida en que se abran las pantallas a más voces, más miradas y más historias contadas desde y por las mujeres.

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