En la madrugada de este martes, la Estela de Luz se convirtió en el escenario de una protesta ambiental cuando integrantes de Greenpeace México escalaron sus 104 metros de altura. Desde lo alto, desplegaron una manta con la leyenda: “Selva Maya grita, Semarnat sálvala”, buscando atraer la atención hacia la crisis ecológica que enfrenta esta región.
La Selva Maya, ubicada en el sureste del país, es reconocida como uno de los pulmones más importantes de México y alberga una vasta biodiversidad. Sin embargo, en los últimos cinco años se han perdido aproximadamente 300 mil hectáreas de selva debido a la deforestación, el avance de proyectos industriales y la extracción de materiales como sascab.
Los activistas señalaron que detrás de esta pérdida se encuentran presiones de sectores como el inmobiliario, hotelero y minero, lo que no solo afecta a los ecosistemas, sino también a las comunidades que dependen directamente de ellos. Las denuncias apuntan a que la explotación de recursos ha sido autorizada por autoridades ambientales sin un plan de conservación integral.
Con esta protesta, Greenpeace buscó visibilizar los riesgos que enfrenta la Selva Maya y cuestionar el modelo de desarrollo que privilegia el crecimiento económico sobre el cuidado de la naturaleza. La organización insiste en que proteger esta región es una responsabilidad urgente para garantizar agua, aire limpio y equilibrio climático.
Más allá de la acción de escalar un monumento, el mensaje de los activistas apela a la conciencia ciudadana. Su intención es recordar que la defensa de los bosques y selvas no es un tema aislado, sino un compromiso con el futuro del país y de las próximas generaciones.
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