En las tranquilas aguas que comparten México y Belice, comienza a gestarse un proyecto binacional que busca algo más que atraer visitantes: pretende asegurar que el turismo sea una herramienta de conservación y desarrollo para las comunidades que habitan alrededor de la Bahía de Chetumal-Corozal. A través de un fondo internacional por medio millón de pesos, se pondrá en marcha un modelo de turismo sostenible inspirado en el éxito de Maya Ka’an.
El proyecto, impulsado por organizaciones civiles, ambientales y dependencias gubernamentales, tiene como meta fortalecer la colaboración transfronteriza para una gestión responsable del ecosistema. Se trata de un esfuerzo conjunto para cuidar una de las zonas naturales más ricas del Caribe, donde la biodiversidad convive con comunidades que dependen directamente de su entorno.
A diferencia de los modelos turísticos tradicionales, esta iniciativa se enfoca en trabajar directamente con prestadores de servicios locales. Mediante capacitaciones, intercambios y manuales de buenas prácticas, se busca que el turismo en la bahía se convierta en una fuente estable de ingresos sin poner en riesgo los recursos naturales que lo hacen posible.
Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de Amigos de Sian Ka’an, explicó que ya se realizan encuentros entre comunidades del sur de Quintana Roo y grupos de Maya Ka’an para compartir conocimientos sobre turismo responsable y manejo de ecosistemas. “Queremos que el turismo sirva para conservar lo que tenemos, no para perderlo”, subrayó.
Con la participación de la Conanp, el Ibanqroo y la organización beliceña Sarteneja Alliance for Conservation and Development, el proyecto representa un paso firme hacia un modelo turístico con propósito: uno que beneficie a las personas sin dañar el entorno, y que convierta la Bahía de Chetumal-Corozal en ejemplo de cooperación ambiental y desarrollo sostenible.
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