En una mesa redonda con su gabinete de seguridad nacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a afirmar que México está gobernado por los cárteles y reiteró su advertencia sobre la posibilidad de acciones más agresivas contra las redes del narcotráfico en la región.
Durante la sesión, el mandatario aseguró que respeta a la presidenta mexicana, pero sostuvo que los cárteles imponen miedo en varios países latinoamericanos. Además, declaró que no cree necesitar una declaración de guerra para actuar y dijo: “creo que simplemente vamos a matar a gente que trae drogas a nuestro país”.
Además de apuntar a México, Trump atacó con dureza a Colombia y a su presidente, describiendo al país como un centro de producción de drogas y calificando al mandatario colombiano con epítetos que ya han encendido críticas diplomáticas. Su retórica se suma a medidas previas, como la designación de cárteles como amenazas y el aumento de operaciones militares en aguas y espacios aéreos de la región.
Fuentes y antecedentes señalan que la Casa Blanca ha reforzado el uso de vigilancia aérea y operaciones dirigidas contra el transporte de drogas, incluidos vuelos de reconocimiento de la CIA y acciones navales en zonas como la costa del Pacífico mexicano, donde se produce fentanilo y otras drogas sintéticas que han provocado una crisis de salud pública en Estados Unidos.
Analistas consultados consideran que la escalada verbal complica la relación bilateral y obliga a reforzar canales diplomáticos y de cooperación en seguridad, mientras tanto, gobiernos y organizaciones civiles llaman a priorizar estrategias que combinen investigación, prevención y respeto a la soberanía para afrontar el tráfico de drogas sin aumentar riesgos de confrontación directa.






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