Halloween en México: una tradición extranjera que se mezcla con lo mexicano

Aunque su origen se remonta a la antigua festividad celta de Samhain, el Halloween ha cruzado fronteras y en México ha encontrado un terreno fértil para adaptarse. Según el portal ADN 40, el nombre de esta celebración proviene de la frase inglesa “All Hallows’ Eve”, la víspera del Día de Todos los Santos, y llegó al país influenciado por el cine, la televisión y la globalización. Hoy, es común ver en las calles mexicanas niños disfrazados de superhéroes o fantasmas pidiendo dulces, mientras las tiendas y hogares se llenan de calabazas y telarañas artificiales.

Halloween llegó a México como una celebración importada que se mezcla con costumbres locales. El 31 de octubre se multiplica la venta de disfraces, decoraciones y dulces, y muchas familias, escuelas y comercios organizan fiestas temáticas y recorridos para pedir dulces, adaptando la tradición estadounidense del “trick-or-treat” a las calles y barrios mexicanos.

La festividad ha tomado fuerza también por su impacto económico. Comercios y pequeñas empresas registran ventas importantes en disfraces, dulces y decoración; la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) calcula que los gastos por persona pueden superar los 500 pesos en esta temporada, mientras que portales como Milenio reportan que los paquetes de fiestas y eventos para jóvenes pueden alcanzar miles de pesos dependiendo de la zona.

Esta expansión convive y a veces compite con el Día de Muertos, una celebración con raíces indígenas reconocida por la UNESCO en 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Investigadores señalan que la tensión entre ambas festividades refleja la búsqueda de una identidad cultural mexicana frente a la influencia global.

En la práctica mexicana surge un mosaico: en muchas ciudades se organizan eventos híbridos con catrinas inspiradas en la estética del Día de Muertos, altares públicos y fiestas de disfraces. En algunos estados, autoridades locales han impuesto restricciones al uso de máscaras o han aumentado la vigilancia durante la noche del 31 de octubre para evitar incidentes. Además, el aumento de precios en productos tradicionales, como el pan de muerto o las flores de cempasúchil, ha encarecido las celebraciones.

Mirando hacia adelante, especialistas y promotores culturales proponen mantener vivo el significado del Día de Muertos al tiempo que se acepta la influencia de Halloween. Talleres, exposiciones y actividades escolares ayudan a diferenciar ambas celebraciones y a valorar la herencia mexicana. Encuestas recientes muestran que la mayoría de los mexicanos sigue prefiriendo montar ofrendas y visitar panteones, aunque una parte creciente también disfruta de disfrazarse y participar en fiestas de Halloween.

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