México envejece rápido: un reto demográfico con impacto en la economía y el bienestar

 

México está envejeciendo a un ritmo acelerado, y el impacto económico de este fenómeno comienza a ser evidente. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), la edad promedio de los mexicanos en 2025 es de 30.5 años, y las proyecciones indican que para 2050 la edad mediana será de 43 años. Esto implica que habrá menos personas jóvenes en edad productiva y más adultos mayores dependientes de los sistemas de salud y pensiones.

Las consecuencias ya se perciben en entidades como la Ciudad de México y el Estado de México, donde se estima que para 2030, uno de cada cinco habitantes será adulto mayor. En total, 27 estados del país reportan un envejecimiento moderado o avanzado, siendo Veracruz y Morelos los más afectados. La baja natalidad, la migración juvenil y el aumento en la esperanza de vida son las principales causas de este cambio demográfico, según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM).

El envejecimiento poblacional trae consigo un riesgo económico creciente. BBVA advierte que esta tendencia puede alterar la tasa de dependencia y reducir los “ratios de apoyo”, es decir, la cantidad de trabajadores activos por cada persona mayor. Esto podría afectar la recaudación fiscal, la productividad nacional y la sostenibilidad de los programas sociales y de pensiones, que hoy benefician a millones de adultos mayores a través de esquemas como Pensión del Bienestar, IMSS e ISSSTE.

A esta situación se suma la llamada “feminización del envejecimiento”, pues las mujeres viven más años que los hombres y enfrentan mayores desafíos económicos al llegar a la tercera edad. El INAPAM señala que la violencia y la alta mortalidad masculina han ampliado esta brecha, lo que obliga a repensar las políticas de atención y bienestar desde una perspectiva de género.

Expertos advierten que el futuro económico del país dependerá de cómo México se prepare para una población más longeva. Garantizar pensiones dignas, fortalecer el sistema de salud y crear entornos seguros e inclusivos serán claves para enfrentar un reto que no solo es demográfico, sino también económico y social.

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