La postura del presidente Donald Trump sobre el combate a los cárteles volvió a generar controversia. Cuestionado en la Oficina Oval sobre su estrategia antidrogas, el mandatario afirmó que estaría dispuesto a autorizar ataques estadounidenses en territorio mexicano “si fuera necesario” para detener el tráfico de drogas.
Trump señaló que la crisis de adicciones en Estados Unidos debe abordarse como “una guerra” y que su administración conoce los principales puntos de operación de grupos criminales. Aunque aclaró que no ha tomado una decisión, insistió en que “haría lo que fuera necesario” y que estaría “orgulloso” de hacerlo si salva vidas.
El presidente también hizo referencia a los hechos violentos ocurridos el fin de semana en la Ciudad de México, señalándolos como muestra de los “serios problemas” que enfrenta el país. En paralelo, su gobierno ha aumentado la presencia de fuerzas estadounidenses en el Caribe y Pacífico para interceptar cargamentos de drogas provenientes de América Latina.
Las declaraciones tensan nuevamente la relación bilateral en materia de seguridad, un tema históricamente sensible entre ambos países.






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