Lavados nasales: el hábito diario que ya se considera tan esencial como cepillarse los dientes

Los lavados nasales, una práctica con raíces en la medicina tradicional de la India, están ganando terreno como una recomendación de higiene básica que debería realizarse todos los días, igual que el cepillado dental. Especialistas en salud respiratoria destacan que la nariz funciona como el principal filtro del cuerpo y requiere limpieza regular para mantener su funcionamiento óptimo.

De acuerdo con organizaciones de bienestar y médicos que promueven la irrigación nasal, el paso del tiempo, la contaminación, el polvo, los virus y los alérgenos provocan que las fosas nasales se saturen y trabajen con menos eficiencia. Esto se traduce en congestión, goteo, alergias frecuentes y mayor vulnerabilidad a resfriados. Los lavados nasales con agua tibia y sal ayudan a retirar estas impurezas, permitiendo una respiración más libre y reduciendo molestias.

La técnica, conocida como Jal Neti, se realiza con una pequeña olla llamada neti pot. El procedimiento consiste en inclinar la cabeza hacia un lado e introducir suavemente una solución salina por una fosa nasal para que salga por la otra. Aunque su origen es milenario, hoy es recomendada por especialistas en Estados Unidos, Canadá y varios países como apoyo para tratar sinusitis, alergias estacionales, congestión crónica y resfriados comunes.

Los beneficios van más allá del alivio momentáneo: quienes integran este hábito en su rutina diaria reportan menor uso de medicamentos descongestionantes, reducción de episodios de rinitis, mejora en la calidad del sueño y una respiración más limpia. Los expertos comparan su importancia con el cepillado dental porque se trata de una acción preventiva que evita complicaciones antes de que aparezcan.

Incorporarlo a la rutina es sencillo. Muchos médicos sugieren hacerlo por la mañana, después de lavarse los dientes, para despejar las vías respiratorias antes de comenzar el día. Sin embargo, advierten la importancia de usar agua limpia y tibia, mantener la higiene del dispositivo y aprender la técnica correctamente para evitar molestias.

A medida que se conoce más sobre su efectividad, los lavados nasales se consolidan como un hábito diario de higiene personal. Para especialistas en salud respiratoria, mantener la nariz limpia debería considerarse tan indispensable como cuidar la boca: ambas acciones contribuyen a un sistema inmune más fuerte y a una mejor calidad de vida.

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