Este domingo 14 de noviembre, integrantes de la Generación Z salieron nuevamente a las calles del país para participar en la Marcha del Silencio, bajo el lema “Nada que celebrar”. La movilización tuvo como objetivo protestar contra la corrupción, exigir justicia por las personas desaparecidas y visibilizar a las víctimas de secuestro.
La convocatoria se realizó en al menos 11 estados del país y llamó a manifestarse de manera pacífica y sin confrontaciones. Los organizadores pidieron a los participantes mantener el respeto hacia comerciantes, autoridades y ciudadanía, reiterando que la protesta no busca generar violencia.
En la Ciudad de México, los manifestantes se congregaron en el Ángel de la Independencia y avanzaron en silencio por Paseo de la Reforma. El Gobierno capitalino informó que la movilización concluyó sin incidentes y con un saldo blanco, con la participación aproximada de 300 personas.
Aunque el plan original era llegar al Zócalo, la marcha se detuvo en Eje Central Lázaro Cárdenas debido a la realización de la Verbena Navideña. Las autoridades señalaron que la medida se tomó para garantizar la seguridad de visitantes y manifestantes.
Uno de los asistentes explicó que la movilización surgió como contraparte a la marcha del 6 de diciembre, en la que se celebraron siete años de la transformación del país. Desde su perspectiva, aseguró que persisten problemas graves y que no hay motivos para festejar.
Previo a la protesta, Generación Z difundió cifras sobre violencia en México, destacando un promedio de 64.5 homicidios diarios y señalando a Guanajuato, Michoacán y Jalisco como las entidades con mayor incidencia, reiterando su llamado a una mayor participación juvenil en el espacio público.





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