Al alcanzar la mayoría de edad, las y los jóvenes en México deben realizar diversos trámites oficiales, entre ellos la credencial para votar y la cartilla del Servicio Militar Nacional, un documento que continúa generando dudas sobre su obligatoriedad y utilidad en la vida académica y laboral.
El Servicio Militar Nacional es obligatorio para los varones mexicanos al cumplir 18 años y, una vez concluido, se obtiene la cartilla militar liberada, que acredita el cumplimiento de esta responsabilidad establecida por la ley.
La cartilla militar funciona como un documento oficial de identificación, ya que contiene fotografía, datos personales y huellas dactilares, y puede ser requerida para acceder a ciertos empleos en el sector público o para ingresar a instituciones de las Fuerzas Armadas.
En el caso de las escuelas militares, como la Escuela Médico Militar o la Escuela Militar de Odontología, la cartilla militar y el cumplimiento del Servicio Militar Nacional son requisitos indispensables, ya que la formación académica se desarrolla bajo un régimen escolar-militar y los estudiantes adquieren el estatus de cadetes desde su ingreso.
Quienes egresan de estas instituciones no sólo obtienen un título profesional, sino también un grado militar, debido a que su preparación incluye entrenamiento castrense y formación académica de manera simultánea, sin opciones de modalidades alternas para liberar el servicio.
En contraste, las universidades públicas y privadas de carácter civil no exigen la cartilla militar como requisito académico, lo que permite estudiar carreras como medicina u odontología sin haber realizado el Servicio Militar Nacional, una diferencia clave que las y los jóvenes deben considerar al definir su futuro profesional.
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