El presidente chino, Xi Jinping, visita Rusia por primera vez desde que ese país invadiera Ucrania el año pasado y este lunes mostró la cercanía que mantiene con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
“Querido amigo, bienvenido a Rusia”, le dijo Putin a Xi, según las imágenes del encuentro que emitió la televisión estatal rusa.
Putin dijo que estudiará el plan de 12 puntos que el gobierno chino presentó el mes pasado para “resolver la aguda crisis en Ucrania”.
“Siempre estamos abiertos a un proceso de negociación”, dijo Putin.
Xi felicitó a Putin por su “fuerte liderazgo” que ha permitido a Rusia prosperar, dijo.
Has comenzado una guerra que no ha ido según lo planeado; estás hasta el cuello de sanciones; y ahora la Corte Penal Internacional ha emitido una orden de arresto a tu nombre por crímenes de guerra.
Es en momentos como estos cuando necesitas un amigo.
Entra Xi Jinping.
El presidente Xi una vez llamó al presidente Putin su “mejor amigo”. Los dos tienen mucho en común: ambos son líderes autoritarios y a ambos les gusta la idea de un “mundo multipolar” desprovisto de la dominación estadounidense.
En Moscú se espera que firmen un acuerdo para “profundizar la asociación integral” entre sus dos países.
La visita de Estado del presidente chino es una clara señal de apoyo a Rusia -y a su presidente- en un momento en que el Kremlin se encuentra bajo una intensa presión internacional.
Y la relación de Rusia con China es fundamental para resistir esa presión.
“Putin está construyendo su propio bloque. Ya no confía en Occidente, y nunca más lo hará”, cree el periodista Dmitry Muratov, premio Nobel de la Paz.
“Por eso, Putin está buscando aliados y tratando de hacer de hacer un frente común con China, así como con India, algunas partes de América Latina y África. Putin está construyendo su mundo antioccidental”.
En este “mundo antioccidental”, Moscú depende en gran medida de Pekín, ahora más que nunca, mientras la guerra continúa en Ucrania.
“La guerra se ha convertido en el principio organizador de la política interna, la política exterior y la política económica de Rusia. Existe una obsesión por destruir Ucrania”, concluye Alexander Gabuev, analista del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
“Para eso se necesitan armas, dinero y un salvavidas económico. China proporciona a Rusia, como mínimo, componentes para armas y tecnología civil que puede usarse con fines militares. Indudablemente proporciona dinero”.
Para contrarrestar las sanciones occidentales y apuntalar la economía rusa, Rusia ha estado impulsando el comercio con China, principalmente en el sector energético. Es de esperar que los oleoductos, gasoductos y canales de energía estén en la agenda de las conversaciones entre Putin y Xi.
Pero, una vez más, imagina que eres Putin. Hace un año, tú y Xi proclamaron que su asociación “no tiene límites”.
Si eso fuera realmente así, ¿podrías esperar que China te ayudara ahora en Ucrania, proporcionando a Rusia ayuda letal y facilitando una victoria militar para Moscú? Estados Unidos afirma que China está considerando hacer precisamente eso. Pekín lo niega.
Como dicen en Rusia, “no hay nada malo en desear algo”, pero eso no significa que vaya a suceder. Si algo ha demostrado el último año es que la “asociación sin límites” sí tiene límites.
En apariencia, por ahora, Pekín se ha mostrado reacio a brindar ayuda militar directa a Moscú por temor a desencadenar sanciones occidentales contra empresas chinas. En lo que respecta a Pekín: lo siento, Rusia… China va primero.
Ese mismo argumento se planteó sin rodeos hace poco en un programa de entrevistas de la televisión estatal rusa.
“Antes de la visita del presidente Xi a Moscú, algunos expertos aquí estaban sobreexcitados, incluso eufóricos”, señaló el experto militar Mijaíl Jodarenok.
“Pero China solo tiene un aliado: la propia China. China solo tiene un conjunto de intereses: los pro-chinos. La política exterior china está completamente desprovista de altruismo”.
Fuente: BBC NEWS
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