La estancia de Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Organización de Morena, en el hotel The Okura Tokyo, ha vuelto a colocarlo en el centro de la polémica. Dos facturas en poder de Aristegui Noticias confirman que durante sus 14 días en la capital japonesa, López Beltrán gastó un millón 405 mil 530 yenes, equivalentes a 177 mil 067 pesos mexicanos.
De acuerdo con los documentos, la habitación contratada tuvo un costo de 60 mil 500 yenes por noche (unos 7 mil 630 pesos), cifra cercana a los 7 mil 500 pesos que el propio “Andy” había reconocido en una carta aclaratoria publicada en redes sociales. Sin embargo, lo que no mencionó fueron los consumos adicionales que elevaron considerablemente el total de su estancia, como una cena de más de 47 mil pesos en el restaurante Sazanka, especializado en cocina teppanyaki.
Los registros muestran también cargos por spa, lavandería, servicio al cuarto, minibar y comidas en otros restaurantes del complejo hotelero, entre ellos Yamazato y el exclusivo Orchid Bar. La primera factura, correspondiente al periodo del 15 al 21 de julio, ascendió a 63 mil 057 pesos, mientras que la segunda, del 22 al 28 de julio, alcanzó los 114 mil 164 pesos. Además, se incluyó un cargo extra por el envío de un objeto olvidado durante la estancia.
The Okura Tokyo es considerado uno de los tres hoteles más lujosos de Japón, con 508 habitaciones, jardines, restaurantes de alta gama y servicios exclusivos. En este entorno, López Beltrán aprovechó la oferta gastronómica y de bienestar, de acuerdo con los comprobantes entregados al medio de comunicación por una fuente anónima.
El viaje coincidió con la celebración del Consejo Nacional de Morena en México, al que López Beltrán no asistió, lo que generó críticas en torno a su compromiso político. A las observaciones mediáticas, respondió acusando un presunto espionaje en su contra y señalando que los reportajes forman parte de una “guerra sucia” de adversarios políticos. No obstante, las facturas confirman que, más allá del costo de la habitación, sus gastos de viaje superaron lo que él mismo había admitido públicamente.
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