Por primera vez en Medio Oriente, la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (IPC) declaró oficialmente la existencia de una hambruna en la Ciudad de Gaza, alertando sobre el riesgo de expansión hacia otras zonas del enclave palestino en las próximas semanas.
De acuerdo con el informe publicado por la IPC, más de 500 mil personas -una cuarta parte de la población- se encuentran en niveles catastróficos de hambre, mientras que áreas como Deir al-Balah y Jan Yunis podrían verse afectadas a finales del próximo mes.
La crisis alimentaria es resultado de los combates, el bloqueo a la ayuda humanitaria y el colapso en la producción de alimentos, factores que han provocado desplazamientos masivos desde que Israel lanzó su ofensiva tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Organismos internacionales y residentes denuncian que la asistencia que logra entrar es insuficiente para cubrir las necesidades básicas.
Mientras tanto, Israel niega que exista hambruna. El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó los reportes como “mentiras”, aunque tras la difusión de imágenes de niños desnutridos, su gobierno prometió facilitar el ingreso de ayuda. Sin embargo, Naciones Unidas advierte que la situación sigue siendo crítica.
La hambruna se ha convertido en una de las armas más devastadoras de esta guerra, que ya lleva 22 meses y mantiene a miles de familias atrapadas en medio del conflicto, sin comida, medicinas ni esperanza inmediata de paz.
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