A un año de la captura de Ismael el “Mayo” Zambada, fundador y líder de una fracción del Cártel de Sinaloa, la violencia en la entidad se ha recrudecido y miles de familias han sido desplazadas de sus comunidades. En este contexto, más de 50 mil ciudadanos marcharon este domingo en Culiacán para exigir justicia y un alto a la inseguridad que ha dejado cerca de mil 900 homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados.
La movilización inició en el templo de La Lomita y concluyó en la Catedral de Culiacán, donde víctimas, empresarios, estudiantes y organizaciones civiles pidieron paz y responsabilizaron a las autoridades estatales y municipales por la falta de resultados. Pancartas con mensajes como “Yo perdí un hijo” y “El miedo se vive en Culiacán” reflejaron el dolor de los asistentes.
El obispo de la diócesis, Jesús José Herrera Quiñónez, bendijo a los participantes y llamó a terminar con la ola de violencia que ha enlutado a miles de familias. Durante la marcha, también se recordaron casos recientes como el asesinato de Rubén Aceves, un padre de familia que perdió la vida junto con otras personas en las inmediaciones del Hospital Civil tras un ataque armado.
Entre los testimonios destacó el de familiares de niños asesinados por la violencia, así como maestros y estudiantes que exigieron justicia. La presidenta de Coparmex en Sinaloa, Martha Reyes, aseguró que la ciudadanía “despertó” y que el clamor de la población es un llamado contundente a la presidenta Claudia Sheinbaum para reforzar la estrategia de seguridad.
Con música sinaloense, mensajes de víctimas y un minuto de aplauso por los fallecidos, la marcha concluyó de manera pacífica. Los participantes coincidieron en un mismo reclamo: que la violencia deje de arrebatar vidas y que la paz regrese a Sinaloa.
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