A los fondos de inversión y entidades de capital de riesgo promedio no les interesa si son administradas como un club de hombres. Pero, ¿qué pasaría si los clientes más importantes de estos fondos empezaran a prestar atención?
Considere que Verger Capital Management administra 1.7 mil millones de dólares sin fines de lucro, especialmente de las donaciones de la Universidad de Wake Forest.
Recientemente, encuestó a los 89 administradores externos de dinero que contrata respecto a sus políticas de inversión cuando se trata de cuestiones ambientales, sociales y gubernamentales, o ESG, por sus siglas en inglés. Piensa en el método de fracking o en armas.
Si bien Verger no necesariamente excluye a todas esas empresas de su portafolio, las considera una potencial fuente de riesgo. “No queremos ser una policía moral”, explicó el CEO, Jim Dunn. “Simplemente queremos entender qué hay en el portafolio en este momento”.
No es tan inusual para un inversor institucional que una industria pequeña supervise a compañías bajo los criterios de ESG. Pero Verger no solo habla de las compañías en las cuales tiene acciones, también quería saber algunas cosas sobre los administradores de dinero que seleccionaban esas inversiones. En su encuesta, preguntó a compañías sobre sus políticas internas respecto al acoso sexual, el bullying y la disparidad salarial.
“Los administradores de dinero que subestiman la equidad de género podrían perderse el valor que genera la diversidad de talento, pensamiento y experiencia, lo que ultimadamente podría afectar el rendimiento”, comentó Dunn. “Al final del día, nosotros no creemos que haya una real dicotomía entre equidad y rendimiento”.
Verger también apuntó el microscopio a sí mismo, lo que llevó a subirle el sueldo a dos mujeres en la compañía compuesta por 15 personas, que opera en la residencia del expresidente de la universidad en el campus de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte.
Por ahora, al menos, es poco probable que los administradores de bienes sientan presión por parte de sus clientes respecto a estos temas. La Asociación de Administración de Inversiones y Diligencia Adecuada (Imdda, por sus siglas en inglés), llevó a cabo una encuesta a 78 inversionistas institucionales, incluyendo pensiones, donaciones y aseguradoras, y descubrió que casi el 90 por ciento de ellos no preguntaba específicamente nada respecto al acoso sexual en entrevistas de trabajo a potenciales directivos.
La mayoría de los inversionistas dijeron que aun si ellos descubrían un problema con otros administradores, invertirían con ellos. “Supongo que la actitud ‘alfa’ le gana a otros temas difíciles”, señaló Andrew Borowiec, director ejecutivo de Imdda. Alfa es un término que se usa en Wall Street que se refiere a la rentabilidad adicional de tomar riesgos.
En realidad, es difícil para los inversionistas cortar lazos con fondos de inversión o con empresas de capital privado en donde hayan invertido. Por ejemplo, Verger terminó frustrado con un fondo de capital privado que tardó 6 meses en responder su encuesta y al hacerlo fue sumamente vago.
Dunn comentó que es poco probable que dicho fondo, del cual no reveló el nombre, reciba otro centavo de Verger. “Si no respondes a nuestras solicitudes y no nos das transparencia, es falta de responsabilidad fiduciaria para nuestros clientes”, afirmó Dunn.“Nos lo tomamos muy en serio”.
Pero la inversión inicial de Verger de 7 millones de dólares está atada hasta por una década. Tales períodos de bloqueo son comunes en el mundo de fondos de inversión privada.
Las donaciones y pensiones no necesitan despedir a un administrador para probar su seriedad en el tema, de acuerdo a Cindy M. Lott, directora del programa de administración sin fines de lucro en la Escuela de Estudios Profesionales en la Universidad de Columbia.
“Investigar acerca de este tipo de garantías y consideraciones dentro de la relación de la inversión es una señal seria en sí misma”, comentó Lott.
Verger está duplicando su inversión inicial de 12 millones de dólares en otro fondo: la compañía Upfront Ventures, con sede en Los Ángeles.
La empresa de capital de riesgo tiene una cláusula de inclusión: solicita que el portafolio de cada compañía incluya una regla en sus políticas de recursos humanos que asegure que al menos una mujer o miembro de una minoría sea formalmente entrevistado para cualquier puesto ejecutivo disponible.
Verger no se detuvo para enviar una encuesta a sus gerentes externos. Emily Claire Mackey, quien fue pasante de licenciatura durante el último año en la universidad, fue asignada a la dirección de investigación del fondo para dar seguimiento a las encuestas.
En un caso, encontró algo que debería haberse divulgado sobre un empleado que ya no trabajaba en el fondo. “Encontré el problema en una simple búsqueda en Google”, dijo ella.
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