Un equipo de investigadores mexicanos confirmó este jueves la existencia de una cámara de 15 metros de diámetro localizada bajo el edificio, así como un túnel que desemboca hacia el sur de la Plaza de la Luna, en la Zona Arqueológica de Teotihuacán.
La investigación, realizada recientemente por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con el Instituto de Geofísica de la UNAM, más que encontrar una cámara funeraria, gira en torno al espacio ritual vinculado con el inframundo que le dio sacralidad a la antigua urbe, informaron los especialistas.
Conocida por los antiguos pobladores como Meztli Itzácual, la Pirámide de la Luna ha sido objeto de diversas exploraciones desde el siglo XVII.
La oquedad, localizada a ocho metros de profundidad, podría tratarse de un espacio con fines rituales, informó la doctora Verónica Ortega, directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, en un comunicado del INAH.
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“Estos grandes complejos ofrendatorios constituyen el núcleo sagrado de la ciudad de Teotihuacán, por lo que toda la gente la consideraba la meca de la civilización, de ahí que lo que se pueda hallar en su interior podrá ayudar a desentrañar las relaciones que tuvo esta antigua metrópoli con otras regiones de Mesoamérica”, señaló la especialista.
La investigadora explicó que una exploración de la cámara también ayudará a saber si cada uno de los principales edificios tuvo un contacto específico con una determinada región de Mesoamérica, por ejemplo, el Templo de la Serpiente Emplumada, donde se encontraron materiales marinos que muestran su relación con El Caribe y la Costa del Golfo.
El hallazgo de la cámara y del túnel es resultado de un estudio de resistividad eléctrica, efectuado alrededor de la Pirámide de la Luna en junio de 2017, por expertos del INAH y un equipo de especialistas del Instituto de Geofísica de la UNAM, pero es hasta ahora que se dieron a conocer los resultados del estudio.
En los primeros días de octubre, el mismo equipo realizó nuevas prospecciones para localizar la entrada al conducto que se ubica a una profundidad de ocho metros.
“El túnel se encuentra hacía el sur de la Plaza de la Luna, pero es probable que haya otra entrada hacia el lado oriente, por lo que es fundamental contar con una radiografía completa para saber cuáles son sus accesos”, dijo.
| INAH
Cabe destacar que la Pirámide de la Luna es la única edificación del sitio arqueológico que tiene enfrente la Calzada de los Muertos de manera directa.
Además, fue una estructura que se trabajó de forma constante por los propios teotihuacanos, quienes la agrandaron en siete ocasiones y está relacionada con los rituales que se hacían en la Plaza de la Luna.
La experta relató que han sido pocas las excavaciones realizadas en la Plaza de la Luna. “En los años 60 del siglo pasado, el área fue intervenida por el arqueólogo Ponciano Salazar, para darle la fisonomía que hoy tiene, sin embargo, casi no se exploraron los núcleos ni el subsuelo de las grandes estructuras y plazas, por lo que en la actualidad se sabe muy poco de las plazas del Sol y de la Luna”.
Desde 2015, la doctora Ortega lleva a cabo el Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, el cual inició con un trabajo de prospección con georradar en la superficie y el subsuelo de la plaza, donde se encontraron grandes fosas en el tepetate y, en su interior, cantos de río y estelas de piedra verde que representan un código simbólico y unen la parte subterránea (el inframundo) con el plano celeste.
En el altar central de la Plaza de la Luna se identificaron dos canales en el norte y sur de las escalinatas, y en 2017 se hizo un trabajo en colaboración con el Instituto de Geofísica de la UNAM, que consistió en un estudio de resistividad eléctrica y una tomografía eléctrica en la Pirámide de la Luna con los que se identificaron la fosa y el túnel.
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