La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se reactiva este jueves después de dos meses de escasas negociaciones que se vieron empañadas por luchas arancelarias y conflictos diplomáticos.
El secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, viaja a Washington para discutir el estado de las conversaciones con el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer.
Guajardo dio a conocer que asistirá también Jesús Seade, quien se perfila para ser el jefe negociador mexicano en las reuniones sobre el TLCAN durante el Gobierno del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Estas reuniones bilaterales marcan la mayor actividad en las negociaciones del acuerdo desde mayo.
El miércoles, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, se reunió en la Ciudad de México con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, y Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, y con el equipo del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para discutir los términos del TLCAN.
En la primera reunión, los funcionarios refrendaron su compromiso de mantener un acuerdo trilateral. Mientras que en la segunda, la renegociación del TLCAN y la participación de empresas canadienses en los proyectos del Tren Maya y las obras de conexión en el Istmo de Tehuantepec con el Pacífico fueron los temas principales.
Tras dos meses de pausa debido a las elecciones presidenciales del 1 de julio en México, los negociadores enfrentan el desafío de retomar las conversaciones desde el punto en que quedaron.
Aún existen grandes diferencias en cuestiones clave como las reglas que rigen el contenido regional de los automóviles y una cláusula de extinción que pondría fin al tratado después de cinco años a menos que las partes acuerden extenderlo.
El proceso se ha visto empañado por los aranceles que impuso el presidente Donald Trump al acero y el aluminio que comenzaron a regir el 1 de junio para Canadá y México, desencadenado represalias inmediatas de ambos vecinos y la amenaza de la administración de imponer gravámenes a los vehículos y los componentes automotores extranjeros. México y Canadá son la mayor fuente de importación de automóviles de Estados Unidos.
Trump también ha amenazado con eliminar el TLCAN o negociar acuerdos individuales, y dijo la semana pasada que podría buscar sostener conversaciones por separado con México como una prioridad antes de Canadá.
El lunes, Trump señaló que estaba hablando con López Obrador sobre hacer algo “muy dramático, muy positivo” en materia de comercio, aunque el virtual presidente electo de México dijo más tarde que no sabía a qué se refería Trump.
Objetivo de agosto
La administración saliente de México busca lograr una solución rápida para el TLCAN. El Gobierno mexicano está redoblando sus esfuerzos para llegar a un acuerdo rápido con la administración Trump, dijeron personas con conocimiento del asunto.
La actual administración mexicana, Canadá y el Congreso de EU han dicho que respaldan un acuerdo final con una estructura trilateral. En una carta enviada a Trump la semana pasada, López Obrador también instó a que el TLCAN siga siendo un acuerdo a tres bandas.
La estrategia de la Casa Blanca de dividir y conquistar en sus negociaciones del TLCAN no es nueva, dijo Eric Miller, exdiplomático canadiense quien actualmente es consultor en comercio de Rideau Potomac Strategy Group en Washington.
“Las negociaciones del TLCAN parecen estar repitiendo el mismo patrón que han seguido desde el principio: EU establece plazos poco realistas e intenta presionar a sus contrapartes a llegar a un acuerdo”, sostuvo Miller. “En la actualidad, el objetivo es presionar a México a aceptar un acuerdo automotriz amenazando con sostener negociaciones bilaterales con cada país”.
Guajardo aludió la semana pasada a la posibilidad de un acuerdo en agosto. En una entrevista con Radio Fórmula, dijo que, en reuniones a puertas cerradas con los gobiernos actual y entrante a principios de este mes, funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Estado, Mike Pompeo, indicaron su deseo de llegar a un acuerdo en 45 días.
Si bien hay mucho en juego, existen pocas esperanzas de que esta semana se logren suficientes avances para finalizar el acuerdo el próximo mes. E incluso si las conversaciones se concluyeran este año, algunos republicanos clave en el Congreso han señalado que se acabó el tiempo para que los legisladores consideren votar el nuevo acuerdo antes de que asuma un nuevo Congreso el 2019.
‘Difícil de ver’
“Es difícil ver un acuerdo en agosto sin que Estados Unidos se desprenda de algunas de sus posiciones”, señaló Bill Reinsch, asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Una resolución rápida también enfrenta una dura batalla en Canadá, donde el primer ministro, Justin Trudeau, tiene poco incentivo político para aceptar las demandas de EU. La popularidad de Trudeau entre los votantes ha aumentado desde que el gobierno de Trump impuso aranceles al acero y el aluminio canadiense, según una encuesta de Ipsos Public Affairs.
El apoyo de Canadá para una revisión del TLCAN había estado aumentando hasta que Trump impuso los aranceles a los metales y el mes pasado insultó a Trudeau en una reunión del Grupo de los Siete en Quebec, según Sean Simpson, vicepresidente de Ipsos. Después del G7, el 70 por ciento de los canadienses apoyaron boicotear los productos estadounidenses, según una encuesta de Ipsos.
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