Cualquiera que haya tenido una mala experiencia con una deuda bancaria te dirá que lo más seguro es tener tu dinero físicamente y sólo gastar lo que tienes. En contraste, habrá quienes te digan que tener efectivo es un riesgo, pues si pierdes o te roban la cartera no tienes una medida segura para recuperarlo, además de que es más sencillo que pierdas el control sobre tus finanzas. Sin embargo, la respuesta depende mucho de tus propios hábitos.
“Ambas formas de pagar cuentan beneficios y desventajas que debes analizar de acuerdo a tus propias necesidades. La clave, en finanzas personales, como en los negocios, es tener un control inteligente de cómo y en qué gastas”, explicó Sebastián Mejía, especialista en administración de empresas.
El administrador comparte tres consideraciones necesarias para saber si te conviene más pagar en efectivo o con tarjeta de crédito.
1. Practicidad
Ambos métodos representan una buena forma de contar con dinero en diversas situaciones. Por un lado, el efectivo te permite más flexibilidad en lugares donde no cuentan con sistemas de pago con terminal (o la conexión falla). Además de que, aunque no encuentres cajeros cercanos, siempre tienes la opción de servicios que te llevan dinero en efectivo donde sea que estés.
A su vez, las tarjetas de crédito te brindan la facilidad para suscribirte a alternativas que pueden hacerte más sencillo varios trámites. Además de realizar pagos de luz, agua y gas en línea, puedes contratar servicios que por una tarifa mensual llevan a domicilio tu súper o cualquier otro pedido, haciendo más eficientes tus gastos y ahorrando tiempo.
2. Capacidad de gasto
Un claro ejemplo de cómo cada una cuenta con una ventaja propia es cuando necesitas hacer transacciones de cantidades muy diferentes. Por ejemplo, pagar con tarjeta es mejor para una compra fuerte, pues da la opción de planes de pagos en meses sin intereses. En cambio, es preferible optar por efectivo para pagar cosas pequeñas, ya que tener a la mano una gran cantidad de dinero puede ser un poco riesgoso, sin mencionar que así puedes dejar propinas.
3. Administración de tus finanzas
Quizás te ha sucedido que al tener dinero en tu cartera sientes que se acaba más rápido o que al final de mes tu estado de cuenta tiene muchos más desembolsos de los que creías. Si bien es común culpar a cada forma de pago, en realidad depende mucho más de tu cultura financiera y los gastos hormiga que no tienes en cuenta.
“En ese sentido, la respuesta sobre cuál es mejor es: ambos. No hay una regla escrita sobre cuál te conviene más, ya que esto depende mucho de tu propia manera de gastar. Lo más importante es que busques opciones de compra que te den la flexibilidad de recurrir a ambos y seas más consciente de tus desembolsos”, concluyó Sebastián Mejía.