Carlos Galván Meyran, el piloto de la aeronave de Aeroméxico que se accidentó en Durango, fue el más lesionado de entre las 50 personas que tuvieron que ser atendidas en hospitales, pero aun con las heridas no dudó en ayudar a los pasajeros a escapar de los fierros retorcidos y de las llamas que se provocaron tras el desplome.
Aunque sus heridas no ponen en riesgo su vida, a Galván Meyra, 102 personas podrán agradecerle estar sanos y salvos porque el incidente con ese tipo de aeronave pudo resultar en toda una fatalidad de no ser por su destreza para realizar un aterrizaje forzoso.
Galván Meyran, de 38 años, es Técnico Superior Universitario como Piloto Aviador, vive en la Ciudad de México y su cédula profesional fue emitida en 2011.
Según su perfil de Facebook, es fan de Luis Miguel, amante de las alturas, no sólo desde los aviones y se manifiesta como alguien que gusta de su trabajo, el cual desempeña desde hace ocho años en la compañía.
Diversos testimonios de los sobrevivientes hicieron ver que, más allá de conocer las causas del accidente, el héroe fue el capitán, porque gracias a su maniobras se evitó hasta ahora tener daños fatales.
Sobre la pericia del capitán en el aterrizaje, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, indicó que hasta el momento los testimonios recabados señalan que la pronta reacción por parte de la tripulación en la maniobra de evacuación de la aeronave contribuyó a que no hubiera pérdidas humanas.
No dejar de mencionar a los otros miembros de la tripulación, el primer oficial, Daniel Dardon Chávez, y las sobrecargos Samantha Hernández Huerta y Brenda Zavala Gómez, de quienes se informa que están fuera de peligro.
Samantha y Brenda, según imágenes difundidas por Protección Civil del estado, estuvieron apoyando a los cuerpos de rescate que llegaron al lugar del incidente.
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