El mayor impacto de la guerra comercial de Estados Unidos no es económico, sino político. Mientras el presidente Donald Trump amenaza con imponer aranceles, el resto del mundo occidental elige conscientemente apostarle más a laglobalización económica (con la excepción del Reino Unido, que está ocupado en aislarse de la economía europea).
Eso plantea las preguntas que quienes favorecen el orden mundial liberal esperaban que nunca surgieran. ¿Cuánto necesita la economía global a Estados Unidos? Si sucede lo peor, y Estados Unidos se retira del sistema mundial de comercio, ¿puede el resto del mundo sostenerlo por sí solo?
Los líderes mundiales parecen evidentemente cada vez más decididos a intentarlo. El bien recibido acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Japón crea el área de libre comercio más grande del mundo, eliminando virtualmente las barreras arancelarias y reduciendo las no arancelarias, para aproximadamente un tercio de la economía global.
Los líderes políticos que lo firmaron lo presentaron explícitamente como una manifestación de su voluntad de mantener el sistema de libre comercio de la posguerra. La supervivencia del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica después de que Trump retiró a Estados Unidos del nuevo bloque comercial, muestra queJapón ha asumido la vanguardia de la defensa de un orden mundial en el que a menudo se le consideraba un oportunista.
Estas iniciativas no se limitan a los países ricos. La Unión Europea está en conversaciones con China sobre un enfoque común hacia la reorganización de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el fin de reforzar su capacidad para monitorear y proteger el sistema de comercio mundial en medio de señales de que Estados Unidos desea sabotear su funcionamiento.
Y la propia China parece dispuesta a unirse a la fiesta. Un editorial en el Global Times, el medio de comunicación estatal en inglés que muchos consideran portador del mensaje del gobierno chino, respalda sólidamente el acuerdo entre la Unión Europea y Japón: “… el libre comercio seguirá adelante incluso sin la participación de Estados Unidos”.
La propuesta estratégica más explícita para trabajar en pos de un orden mundial liberal y multilateral sin la participación de Estados Unidos, en caso que sea necesario, proviene del Consejo de Análisis Económico de Francia. El breve documento del órgano de asesoramiento económico independiente establece cómo Francia, la Unión Europea y el mundo pueden reaccionar si Estados Unidos se retira del sistema de comercio global.
Eso incluiría: “coordinar con un club de países para identificar e implementar estrategias para eludir el bloqueo de la OMC por parte de Estados Unidos”; trabajar en pos de una liberalización comercial más profunda entre los países interesados, al estilo europeo; igualar el libre comercio con los mecanismos de apoyo a la política ambiental como el acuerdo de París, y combatir el flagelo de la erosión fiscal.
Destaca el crucial punto de que una liberalización comercial más profunda entre los socios interesados ayuda a reducir el costo del aislacionismo estadounidense pues un “mercado interno” efectivo más amplio actúa como un seguro contra la disrupción del comercio con Estados Unidos. Por lo tanto, esto disminuye la capacidad de Washington para mantener el resto del mundo como rehén.
Tomar la iniciativa por cuenta propia, después de 70 años de liderazgo estadounidense, es una perspectiva que debería asustar a cualquier persona sensata. Pero Estados Unidos ya no es tan dominante como antes. La Unión Europea y China son sus rivales como bloques económicos, y el tamaño de sus mercados domésticos los protege de las repercusiones. Mientras más el resto del mundo integre sus mercados, más asimétricos serán los costos de una guerra comercial y no favorecerán a Estados Unidos.
En un conflicto comercial, el bloque más grande siempre tiene una ventaja. Es por eso que Trump prefiere acuerdos bilaterales: en la mayoría de los acuerdos bilaterales puede establecer su dominio. Pero también es la razón por la cual es probable que la estrategia que están adoptando los defensores de la economía mundial liberal probablemente tendrá éxito. Mientras más se una el resto del mundo, Estados Unidos se hará más pequeño.
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