La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolverá este miércoles si la industria de la comida procesada debe cambiar la constitución de las etiquetas frontales de sus productos.
Lo anterior derivado de un amparo presentado en 2015 por la organización El Poder del Consumidor, la cual argumenta que el etiquetado es complicado de entender para la mayoría de la población y engañoso en cuanto a los parámetros que utiliza para determinar los porcentajes, explicó en entrevista Alejandro Calvillo, director de la organización.
En 2016, un juez de Distrito resolvió que el etiquetado mexicano violaba el derecho a la salud e información. Dicha sentencia fue impugnada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El Poder del Consumidor defiende que en el diseño de la etiqueta frontal actual sólo participó la industria de bebidas y alimentos, y se dejó de lado a los institutos de salud pública.
“Fue un etiquetado que diseñó la industria, lo introdujo la industria en 2011 y después en 2014 Cofepris lo volvió obligatorio sin consultar al Instituto de Salud Pública, al Instituto Nacional de Nutrición, a la Academia Nacional de Medicina”, aseveró el director de la organización que lidera el proyecto de cambio.
Julio Sánchez y Tépoz, titular de la Cofepris, sostuvo que las acusaciones hechas por El Poder del Consumidor respecto a que la información de la etiqueta es a conveniencia de la industria son falsas.
“Es una obligación que surgió en la industria que le costó más de 20 mil millones de pesos para implementar”, dijo.
El etiquetado se realizó, sostuvo, con base en un análisis metodológico y científico donde participaron expertos vinculados en el área de alimentos. Además esta acción, dijo, forma parte de una estrategia nacional contra la obesidad, hipertensión y diabetes.
En un artículo publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública se sostiene que en el etiquetado actual no existieron consultas a expertos académicos ni evidencia científica suficiente antes de su implementación.
“El etiquetado se diseñó sin participación de expertos en nutrición libres de conflicto de interés”, se lee en un texto publicado por UK Health Forum, mismo que es retomado por este grupo de expertos.
El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), integrada por 44 empresas como Jumex y Bimbo, se ha manifestado en contra de la acción promovida por El Poder del Consumidor.
La organización empresarial denunció que ni la industria alimentaria, ni los consumidores tuvieron la oportunidad de ser escuchados durante el proceso judicial de amparo.
Para la Cofepris, según el comisionado, el etiquetado frontal actual cumple con el objetivo que se planteó, que es dar información completa y fidedigna a los consumidores respecto del consumo de azúcares, grasas, sodio y contenido calórico basado en la dieta de 2 mil calorías diarias.
Un estudio de la Universidad de Waterloo, con una representatividad nacional de poco más de 4 mil adultos, reveló que sólo el 6 por ciento consideró al etiquetado actual como fácil de comprender.
“En la Corte se discute si es que es constitucional -el etiquetado- porque le faltó incorporar elementos como azúcares añadidas y otras cuestiones técnicas (…), ya veremos que menciona la Corte, la posición de Cofepris es muy clara, el etiquetado es constitucional”, dijo el representante de la Comisión.
El Poder del Consumidor afirma que las etiquetas actuales tienen como base un criterio de 360 calorías de azúcar totales diarias, cuando el correcto y establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 200 calorías de azúcar añadida al día.
La Secretaría de Salud solicitó en noviembre de 2017 al Instituto Nacional de Salud Pública la constitución de un grupo de expertos académicos para que estos emitieran una postura sobre el tema.
En ésta, los especialistas señalan, entre otros puntos, que un grupo libre de interés debe diseñar el etiquetado frontal y que el objetivo de éste debe ser “debe ser únicamente proporcionar información de fácil comprensión sobre ingredientes cuyo alto consumo es nocivo para la salud: azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sodio, así como la energía total”.
El Poder del Consumidor demanda que las etiquetas actuales sean suplidas por un etiquetado de advertencia, como el utilizado en países como Chile, Brasil o Canadá. Mediante el cual se informe cuando un producto tenga contenido excesivo de energía, sodio, grasas o azúcar.
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