A la fecha, dos compañías petroleras trabajan para mover combustibles de Estados Unidos a México, a través del Puerto de Brownsville, dijo Eduardo Campirano, director general de dicho puerto.
“Nuestro principal cliente es P.M.I. Comercio Internacional, subsidiaria de Pemex que se dedica a la importación y exportación de hidrocarburos. Pero con la reforma energética se abrieron nuevas oportunidades”, dijo el ejecutivo en entrevista con El Financiero.
Campirano, que no quiso compartir el nombre de las empresas, explicó que las compañías recibirían la gasolina y diésel por medio de buques en el Puerto de Brownsville y posteriormente la moverían ya sea por camión, ferrocarril o ducto, dependiendo el destino final del producto dentro de México.
Sergio López, secretario de comisiones del Puerto de Brownsville, comentó que tienen los equipos necesarios para dar el servicio a las compañías privadas importadoras de energéticos cuando lo necesiten.
Ubicado en Texas, el Puerto de Brownsville es el único de aguas profundas, es decir, con tirantes de agua superiores a los 500 metros, que conecta directamente con México en su frontera con Estados Unidos y es la principal vía de transporte marítimo de acero importado a la región del norte de ‘la nación azteca’.
Junto a Canadá, actualmente México consume casi 90 por ciento del material de acero exportado de Estados Unidos y el Puerto de Brownsville desempeña un rol vital como líder de transbordo de acería al país.
“El arancel aplicado al acero importado (de 25 por ciento por Trump) aún no nos afecta, puesto que llega a nuestro puerto de otras naciones, no es para consumo de Estados Unidos, lo reenviamos a México”, reveló Campirano.
Deja un comentario